VOX propone la fusión administrativa de Las Rozas y Majadahonda

"La fusión administrativa de Las Rozas y Majadahonda puede engendrar la nueva Silicon Valley de Madrid". Así de contundente se muestra el candidato por VOX a la alcaldía de Las Rozas, Víctor Sánchez del Real, que estima que la medida en cuestión se traducirá en la supresión de cincuenta cargos políticos.

«La fusión administrativa de Las Rozas y Majadahonda puede engendrar la nueva Silicon Valley de Madrid». Así de contundente se muestra el candidato por VOX a la alcaldía de Las Rozas, Víctor Sánchez del Real, que estima que la medida en cuestión se traducirá en la supresión de cincuenta cargos políticos.

Su compañero de partido y candidato por Majadahonda, José Rodríguez Cuadrado, defiende la fusión argumentando que «sintetiza las principales propuestas de VOX a nivel municipal: simplificar la entidad local, eliminar costes innecesarios, acabar con los privilegios de los políticos, erradicar el enchufismo en las instituciones públicas, suprimir o reducir impuestos y tasas, mejorar la eficiencia en la gestión…».

Los dos cabezas de lista, que abogan por unificar la administración de ambas ciudades, aunque las localidades seguirán conservando sus respectivos nombres, explican que el ahorro que ello supondrá equivale al 15% del presupuesto de cada uno de estos dos municipios: «en total, 108 millones por legislatura, con lo que los vecinos tendrán más dinero en su bolsillo para generar riqueza», apunta Sánchez del Real.

Un dinero que, según precisa Rodríguez, no pasará «por las manos de nuestros políticos, cuya pésima gestión, de haber estado en la empresa privada, los hubiera puesto de patitas en la calle en apenas seis meses».

Esta fusión, añade Sánchez del Real, debería llevarse a cabo «por puro sentido común. ¿Hay, acaso, una sola persona que pueda decir con precisión dónde termina Majadahonda y dónde empieza Las Rozas? Si la necesidad de recortar gastos ha llevado a ambos municipios a unir esfuerzos para sacar la Cabalgata de Reyes a la calle, ¿por qué no van más allá? Pues muy sencillo: porque nuestros regidores miran mucho el bolsillo, sí, pero el propio, y no están por cerrar el chiringuito».

Ambos convinieron en que «a la política se viene a servir, y no a vivir de ella», porque, «para un político honrado, un cargo es una carga, que solo asume por vocación de servicio a los ciudadanos».