Así son los casos con los que se enfrentan los voluntarios de Cruz Roja Majadahonda-Las Rozas durante la pandemia

Los voluntarios que forman el equipo de salud de la sede de Cruz Roja Majadahonda-Las Rozas se enfrentan, en su día a día, a los casos de muchas personas que, de una u otra forma, están sufriendo los efectos del COVID- 19, ya sea por padecer la enfermedad, por tener familiares que la están sufriendo, por la situación de estrés generada por el propio confinamiento o por las incertidumbres económicas, laborales o de otro tipo.

Jaime, Araceli, Marian, Alicia, Nicole, Carmen, Ana Belén, Alfonso, Eva y Ruth son los nombres propios de estos voluntarios - entre los cuales hay cuatro médicos, tres enfermeras, una farmacéutica, una profesora y una psicóloga clínica- que se enorgullecen de la respuesta de Cruz Roja Española a esta crisis sanitaria y de poder prestar un servicio personalizado de apoyo y acompañamiento psicosocial a las personas que lo necesiten.

Así, entre las experiencias más impactantes que han vivido, el equipo relata, a modo de ejemplo, dos casos.

El primero, atendido por Carmen y Ana Belén, tiene como protagonista a D.L., quién perdió a su marido el 23 de Marzo a los 4 días de ingresar en Hospital Puerta de Hierro, donde ella también estuvo internada, con diagnóstico de COVID -19. No pudo verle en ningún momento del ingreso ni ser consciente de su fallecimiento, porque sus hijos decidieron no comunicárselo, hasta que fue dada de alta y trasladada al domicilio de los mismos.

“Ha pasado con ellos los 15 días de aislamiento, y ahora, aunque dice que se encuentra bien, sin medicación, atraviesa una situación de profunda tristeza, depresiva, y añorando mucho a su marido” relatan desde la sede de Cruz Roja “por ello, le hemos puesto en contacto con nuestra compañera psicóloga clínica Ana Belén que además es colaboradora del programa “Te Escucha”, para ofrecerle nuestros recursos de apoyo psicosocial y seguimiento personalizado a través de unas pautas a fin de ayudarla”.

Actualmente D.L. recibe un seguimiento telefónico semanal de apoyo general y psicosocial, y tiene la disposición de los voluntarios para realizar cualquier consulta a demanda en cualquier momento que lo necesite.

“Hemos percibido una importante mejoría en su estado de ánimo, aunque viviendo su duelo. Es posible que la próxima semana ya vaya para su casa, momento en que reforzaremos nuestra presencia” señalan.

El segundo caso, atendido por Araceli y Ana Belén, es el de E.R., una limpiadora de la residencia de mayores Reina Sofía de Las Rozas, que vive con su padre de 90 años y su madre de 83.

E.R., según sus propias palabras, ha vivido la experiencia más dura e impactante de su vida. Durante la semana del 10-18 de Abril, se ocupó de limpiar el modulo C de la residencia donde estaban los ancianos infectados. Finalmente, ante una situación que le desbordaba, firmó su renuncia el 18 de Abril.

"Los trabajadores activos estamos hechos polvo, no podemos más. Es muy duro física y emocionalmente", explica la protagonista. En la primera entrevista con el equipo de Cruz Roja relató que padecía insomnio, pesadillas y angustia. “Aunque ella decía estar bien, posteriormente vimos que había desarrollado un trastorno de estrés postraumático, que es una enfermedad desencadenada por una situación muy estresante. Por ello decidimos reportar el caso a Ana Belen, la psicóloga”.

Actualmente, es objeto de un seguimiento telefónico semanal de apoyo general y psicosocial, y tiene la disposición del equipo de salud para ser consultados a demanda en cualquier momento que los necesite.

Pero no solo los usuarios sufren el impacto de lo que está ocurriendo. Los voluntarios también tienen que asumir una experiencia muy impactante. Lo definen de una manera muy contundente: “sentimos orgullo de pertenencia a Cruz Roja Española, pero la adaptación ha tenido un recorrido no siempre fácil.Para adaptarnos a este cambio hemos pasado por una especie de travesía del desierto con diferentes etapas de adaptación: negación, miedo, etc hasta llegar a esta nueva forma de actuar, con distintos hábitos de trabajo de los que ahora nos sentimos muy orgullosos, porque con ellos contribuimos a crear un mundo más solidario que responde al desafío que supone una Pandemia Mundial” nos cuentan.

“Ofrecemos nuestra ayuda de forma desinteresada, atentos a las necesidades de la comunidad y contribuyendo a la solución de sus problemas; siempre anteponiendo nuestra vocación de servicio público. Todo el equipo de voluntarios destaca la satisfacción personal que les otorga su trabajo”.

En cuanto a cómo van a vivir la “nueva normalidad” estas personas, estiman que “los mayores, frágiles y dependientes, no solo conforman una población de mayor riesgo y con peor pronóstico. Para ellas, el proceso de desescalada necesariamente será más lento y cuidadoso y será necesario tener bien protocolizada la actuación para evitar nuevos contagios”.

Además de todo esto, en Cruz Roja Majadahonda-LasRozas también han tratado de mantener sus programas esenciales focalizados en las personas más vulnerables, reinventándose en nuevos formatos como la Campaña Especial de Seguimiento telefónico a mas de 80 personas, usuarios de los Talleres de Salud coordinados con los centros de mayores de Las Rozas y Las Matas, identificando a aquellos especialmente vulnerables ante el COVID-19, para informarles, ayudarles y detectar sus necesidades.