A principios de semana, el Rayo Majadahonda se presentaba en el Nuevo Carlos Tartiere para tener la cita deportiva más importante de su historia. Los pronósticos deportivos de bet365 auguraban un partido igualado enntre dos equipos que se jugaban la temporada a cara o cruz, con diferentes objetivos en el punto de mira, pero muy importantes para ambos conjuntos.

Un club fundado en 1976, presidido por Enrique Vedia, y que de la mano de Antonio Iriondo lo llevaron de la tercera división madrileña a la categoría de plata del fútbol español. Con un presupuesto más que humilde y una estructura amateur, que le “obligó” a jugar varios meses en el Estadio Wanda Metropolitano, los pupilos del “ruso” llegaron a la penúltima jornada (última para ellos) con opciones de mantenerse en la categoría.

86 minutos de esperanza

El Rayo Majadahonda saltó al Nuevo Carlos Tartiere sin complejos, como lo ha hecho en tantos campos esta temporada, tratando de imponer su juego, llevando la iniciativa y buscando la verticalidad y velocidad para sorprender a un Real Oviedo que también necesitaba la victoria para seguir teniendo opciones de meterse en el play off de ascenso a Primera División.

Empezó marcando el conjunto de Iriondo con un tanto de Varela de falta directa. Golazo que daba esperanzas al equipo majariego, aunque al descanso se llegaría con 1-1. En la segunda mitad, el Rayo asestó dos zarpazos casi seguidos en dos transiciones ofensivas muy rápidas del cuadro visitante, que provocó el entusiasmo de la afición desplazada hasta Oviedo.

En Lugo, los locales y el Tenerife empataban a cero, resultado por entonces positivo para el Rayo Majadahonda, aunque si perdían los de Antonio Iriondo, certificaba la salvación para ambos conjuntos. Era el minuto 71 y el sueño parecía posible.

Últimos minutos fatídicos

En apenas 10 minutos llegó la reacción local con un tanto tras una falta lateral y algo de fortuna para el Real Oviedo, pues tras un mal despeje y algún rechace, la pelota cayó en las botas de Carlos Hernández, que acortaba distancias.

El gol hizo despertar los miedos del Rayo Majadahonda, que se echó muy atrás y dejó toda la iniciativa a equipo local, momento en el que emergió la figura de Joselu, empatando con un remate en el segundo palo en el minuto 86, y después culminando la remontada en el último suspiro, cuando el Rayo Majadahonda, que no le valía el empate para nada, se volcó sobre la portería local, concediendo muchos espacios a la espalda.

Se esfumaba así el sueño de mantener la categoría para el club majariego, y por el contrario, devolvía el sueño de entrar en play off al equipo asturiano.

No nos cabe duda de que el Rayo Majadahonda superará la decepción del descenso y volverá muy pronto a celebrar otro ascenso de categoría. El aumento de su masa social gracias a los éxitos cosechados será una de las claves para que este modesto club siga creciendo.